domingo, 12 de febrero de 2012

Análisis de la Apología de Sócrates


Análisis de la Apología de Sócrates
La historia consiste en una narración, a través de diálogos, de la comparecencia del filósofo Sócrates ante los tribunales atenienses, al enfrentar diversas acusaciones. La Apología es una obra donde Platón, alumno de Sócrates, busca transmitir mediante la representación de los diálogos, que su propio maestro supuestamente sostuvo en su defensa, las bases de la filosofía, la argumentación y la mayéutica que dominaba su mentor.
Al comienzo, Sócrates plantea ante la audiencia y los jueces la forma en que procederá verbalmente; sostiene que no usará la retórica para convencer a los oyentes de que es inocente, sino que simplemente dirá la verdad. Desde este planteamiento y consecuentemente, Sócrates trata de distinguir su doctrina personal de la de los sofistas, a quienes considera maestros de la oratoria, más no de la verdad; y que además cobran por sus enseñanzas mientras él no lo hace.
Posteriormente, el protagonista explica sobre su misión vitalicia de buscar alguien más sabio que él, al negarse a aceptar la acepción del oráculo de Delfos. De aquí se desencadena el sentido de vida de Sócrates, quien se dedica a cuestionar a quienes dicen ser sabios, sobre todo a los políticos, poetas y artistas; así, como consecuencia, contrae grandes enemistades.
A continuación, los diálogos confrontan directamente a Sócrates con Meleto, quien acusa al protagonista de corromper a los jóvenes y de creer en divinidades nuevas, no el los dioses de la polis. Lo que prosigue es bastante interesante porque demuestra al lector la forma maestra de argumentación socrática; el gran filósofo hace ver claramente que Meleto está equivocado sólo a través del análisis lógico de los argumentos del acusador, casi sin aludir a concepciones propias. Por ejemplo, Sócrates demuestra la incoherencia de la acusación referente a las divinidades al explicar que aquellas provienen de los dioses, y que sería imposible creer en algo sin antes considerar la concreta existencia de los que le precede.
A pesar de la argumentación de Sócrates, que ante la situación podría tomarse como un ejemplo de lógica y de argumentación jurídica, él mismo comienza a mostrar un tono de aceptación de la pena de muerte subsecuentemente. Él explica al jurado y a la audiencia que no teme a la muerte, porque temer a la muerte es temer a algo que no se conoce, asimilar una falsa sabiduría. También dice no temer a la muerte porque de nada le servirá vivir si tiene que renunciar a sus convicciones filosóficas, si tiene que dejar de predicar la enseñanza referente a dar prioridad al perfeccionamiento del alma individual antes de las cosas frívolas.
En cuanto a la clasificación de argumentos, aquellos que predominan son los dialécticos debido a que Sócrates se enfoca en demostrar lógicamente que las acusaciones en su contra están mal sustentadas; como ejemplo también se puede citar la mencionada acusación de que el protagonista no creía en los dioses de la Polis, sino en otras divinidades. Los argumentos apodícticos no son observables debido a la naturaleza de la acción jurídica en la acusación; es decir, que el Derecho oral y consuetudinario que tenían los atenienses, según se aprecia en la obra, no permitía citar fuentes jurídicas como actualmente los códigos y las leyes, sino fiarse en la verdad y la moral. Y por último, hay argumentos retóricos presentes, como el hecho de que Sócrates mencione que es “pobre” al no cobrar por sus enseñanzas, pero tampoco abundan porque el filósofo se empeña en no tratar de convencer al jurado de absolverlo a través de apelaciones sentimentales, sino mediante la verdad.
Es difícil comprender la decisión final del jurado. Personalmente apoyaría a Sócrates por haber demostrado dialécticamente que no era culpable de las acusaciones imputadas. Sin embargo, existe en ciertos momentos un tono considerablemente arrogante, por parte de Sócrates, que pudo haber irritado al jurado y sentenciado su vida, ya que no fue como aquellos que ruegan por su vida, apelando a los sentimientos, durante el juicio. No obstante, considero que la justicia debe ser objetiva e imparcial y que el filósofo debió haber sido absuelto al tomar en cuenta la falsedad de las acusaciones únicamente.
Finalmente, se puede comprender a la Apología de Sócrates como un invaluable ejemplo ideológico y argumentativo de la Antigua Grecia. Nos da a entender la importancia de la virtud espiritual, de la sabiduría y sus limitaciones, de la argumentación lógica, de la convicción, así como de muchos otros principios de la vida misma.

2 comentarios:

  1. Tu entrada es muy buena, felicidades. Sólo enfatizo en que los griegos sí tenían leyes, códigos y normas escritas, verbi gracia el Código Draconiano y las Leyes de Solón que eran 150 o 200 años anteriores al juicio de Sócrates.

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  2. no le discuto el derecho del mismo, pero si lo que está dentro de la obra y que señalo de la manera en lato sen su y no en estricto sen su saludos

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