La lectura de Antígona confronta, a
través de su trama, dos posturas clásicas del Derecho: el Derecho Positivo y el
Derecho Natural. La protagonista (Antígona) defiende claramente una postura de
Derecho Natural al avocar todo su esfuerzo y pasión en lograr el justo entierro
de su hermano caído. Por el contrario, el rey tirano llamado Creonte sostiene
una postura de Derecho Positivo, que al vincularla con la Teoría de los Tres
Círculos de Eduardo García Máynez vendría siendo un derecho sin validez
intrínseca, pero formalmente válido y eficaz.
Así pues el argumento de la historia
gira en torno a estas dos posturas. El lado de Antígona tiene como sustento la
costumbre, arraigada tradicional y religiosamente, que tenían los griegos
respecto a sus juegos fúnebres; una costumbre de gran peso moral. Si se
entiende que el Derecho Natural es un conjunto de principios de naturaleza
justa y moralmente aceptados, superiores al ordenamiento positivo y base del
mismo, se explica mejor cómo puede tener más peso una costumbre moral y
religiosa que un ordenamiento dictatorial.
Por el lado de Creonte, la positividad radica en que su poder ilimitado
le permite al tirano dictar disposiciones jurídicamente obligatorias, como la
prohibición del enterramiento de Polinice, a pesar de que no sean
intrínsecamente válidas o carezcan de validez filosófica.
Lógicamente me inclino por la postura
de Antígona. Considero que es un ejemplo de que el Derecho Natural debe anteponerse
al ordenamiento legislado; es decir, los principios y axiomas fundamentales del
Derecho y la justicia deben servir como base para dictar las leyes positivas.
De lo contrario, siempre habrá inconformidad en contra de la autoridad y se
retará a quienes ostenten el poder, tal como Antígona lo hizo ante Creonte.
Muy bien Daniel, eres claro y preciso con tu reseña y, por lo que veo, entendiste bien la dinámica de la lectura. Felicidades.
ResponderEliminargracias por su comentario trataré de mejorar el las siguientes tareas saludos
ResponderEliminar